La Universidad Libre no debe ser un foco de sectarismo
Nicolás Enrique Zuleta Hincapié
Rector Nacional
“Hermano mío, si difieres de mí en vez de lesionarme, me enriqueces” Antoine de Saint-Exupéry
Bogotá D.C. 19 de marzo de 2015. La Universidad Libre se rige por principios misionales: “las libertades de cátedra, examen y aprendizaje; de universalidad, pluralismo ideológico, moralidad, igualdad, fraternidad, democracia, excelencia académica y desarrollo sostenible.”
Desde su fundación su ideario se ha preocupado por materializar el testamento de sus fundadores para un magisterio civilizador, en un marco de libertades fundamentales, en especial de la libertad de cátedra, libertad de pensamiento, libertad de aprendizaje y el libre desarrollo de la personalidad:
“(…) la Universidad Libre no debe ser foco de sectarismo ni una fuente perturbadora de la conciencia individual; ese moderno establecimiento debe ser una escuela universal, sin restricciones ni imposiciones; este hogar espiritual debe ser amplísimo templo abierto a todas las orientaciones del magisterio civilizador y a todas las sanas ideas en materia de educación, nade que ate la conciencia a los prejuicios y a las preocupaciones; pero nada tampoco que atente contra la libertad ni la conciencia del individuo. No vamos a fundar una cátedra liberal, sino una amplísima aula en que se agiten y se muevan, con noble libertad, los temas científicos y los principios filosóficos aceptados por la moderna civilización”.
En búsqueda de ese ideario hoy nos definimos como una escuela sin imposiciones, sin sectarismos y sin pretender mover o perturbar las conciencias individuales, formadora de hombres y mujeres libres que trabajan para hacer ciencia y por construir una nueva nación incluyente, justa y pacífica.
La Universidad Libre debe ser un laboratorio donde se debatan los temas que afectan la actualidad nacional. En ejercicio de la libertad de cátedra y la libertad de aprendizaje, como supuestos de las libertades académicas, nuestros docentes y estudiantes abordan con diferentes miradas los problemas más sensibles de la actualidad nacional e internacional, sobre todo de aquellos que afectan a la población más vulnerable para ofrecer soluciones que nos permitan impactar positivamente su calidad de vida y construir la nueva nación.
En la Universidad Libre respaldamos a nuestros docentes en el ejercicio responsable de la libertad de cátedra y los invitamos a construir un diálogo fraterno que respetando las posiciones ideológicas, políticas, económicas, culturales y religiosas de los interlocutores promueva el derecho al disenso en el debate intelectual de gran altura.
Igualmente, defendemos la libertad de aprendizaje que permite a nuestros estudiantes ejercer el derecho a la diferencia expresando sus puntos de vista, su capacidad para interpretar, argumentar y proponer nuevas visiones sobre la realidad y proyectar en el tiempo sus respuestas a los problemas sociales. Nuestras aulas promueven la formación de valores y permiten distinguir a nuestros estudiantes y docentes como personas humanistas, críticas, éticas, prudentes, tolerantes, lideres, solidarios, con sentido estético, defensores de la justicia y cultores de la democracia.
Estamos convencidos de la importancia de los postulados misionales de la Universidad Libre que supone responsabilidad en el ejercicio de libertades, ese ejercicio consciente de las responsabilidades señala los alcances y limitaciones de las libertades de pensamiento, de cátedra, de expresión y de aprendizaje, entre otras. Cada vez que ocurre un encuentro entre los miembros de la comunidad académica se activan nuestros principios, valores y misión institucional. Las tensiones y excesos en el ejercicio de las libertades, que generan en el diálogo académico cotidiano deben resolverse en un clima de respeto, tolerancia y legitimación de los interlocutores.
Finalmente, invitamos a todos los miembros de nuestra comunidad académica a continuar propiciando los debates sobre la realidad nacional e internacional en un marco de libertades, donde la altura de los participantes corresponde a la altura misma del debate. Haciendo eco de la frase de Voltaire: “No comparto tus ideas, pero daría mi vida porque se respete el derecho a defenderlas”.